lunes, 30 de mayo de 2011

Industria En El Pais

LA INDUSTRIA MODERNA EN MÉXICO


Es Estevan de Antuñano el precursor de la industria moderna en México. Desde inicios de los tiempos independientes su esmero estuvo basado en proveer a la empresa mexicana de una organización del trabajo y la producción con base a las recetas de los teóricos de la administración científica anglosajona.
Pero no son los liberales de la primera sepa quienes pueden atribuirse todo el crédito de la modernización de la industria en México. Importante es destacar que Porfirio Díaz da grandes pasos en ello. La inclusión de inversión extranjera directa en México aporta nuevas tecnologías, sobre todo de punta, así como procesos organizacionales acordes al logro de mejorar los costos medios de producción en las factorías del país.
No obstante que desde 1880 ya existen intentos destacables en la modernización del país, incluso se puede afirmar que durante la intervención francesa de los años 60 de dicha centuria se dan grandes logros en el fundamento institucional de la modernización industrial donde destaca el respaldo del banco de París a la banca mexicana, a inicios del siglo XX (propiamente de 1904 a 1906), se dan importantes concesiones en materia de apertura económica al capital extranjero.
La presencia de inversión extranjera en México de 1860 en adelante trae consigo la inclusión de nuevas tecnologías y procesos de producción a las ramas industriales del país. Los concadenamientos industriales se dan gracias a la posibilidad de proveer a las factorías de extranjeros establecidas en territorio nacional ciertas industrias intermedias ven un mercado con grandes posibilidades de crecimiento. Aunque ya existen las patentes, su fiscalización en el país es mínima por lo que muchas de las proveedurías ven oportunidades aún las aparentes limitaciones institucionales. Es así como incluso en algún momento desde inicios del siglo XX México llega a tener su propia marca de automóviles. La que perece al demandar las automotrices extranjeras el cumplimiento de las patentes.
Una de las grandes limitantes en el desarrollo industrial de México es producto de la intervención norteamericana en México en 1848 y ulterior imposición del tratado Guadalupe Hidalgo (celebrado el 02 de febrero) con el vecino del norte a razón de la derrota del país, al pérdida de parte del territorio nacional, y entre otras imposiciones destaca la de no implementar motores basados en energía eléctrica ni de combustión, por lo que México se ve impedido de desarrollar maquinaria, especialmente aquella que fortalece la industria del país. Desde entonces y hasta ahora la grave dependencia tecnológica.
La imposición norteamericana al desarrollo tecnológico del país hace que las posibilidades de desarrollo en materia sean de carácter mecánico, pero con la limitación de tener que importar los insumos electrónicos.
Este es uno de los aspectos importantes que no deben dejarse de lado para entender tanto el rezago tecnológico del país, como su dependencia al respecto del vecino del norte.
Todavía, en 1993, previa la firma del tratado de libre comercio con América del Norte (NAFTA o TLCAN), lo de inicio al convenio radica en revisar el respeto a las normas internacionales relativas a los derechos de autor y patentes, cuestión que supedita a México como inminente receptora de capital extranjero a no obstante ser el anfitrión de dicho tipo de capital, no estar en posibilidades de “usar” las tecnologías de punta que llegan con las empresas ensambladoras en desarrollos de productos propios y fundamentales para el fortalecimiento de la industria nacional y su competitividad.

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