Aparición de la política como organización del sistema social
La política se remonta al Neolítico, donde se empezó a organizar la sociedad jerárquicamente apareciendo así el poder sobre los demás. Hasta aquella época el poder lo ocupaba el más fuerte o sabio del grupo, pero ya hay constancia de pueblos centroeuropeos y procedentes del mediterráneo que estaban organizados en un sistema que en ocasiones era absolutista, y como en el caso de algunas polis griegas (Atenas) o la cultura fenicia practicaban la democracia parcial, o estaban organizadas en asambleas.
El sistema político predominante era el absolutista, en el que todo el poder era ocupado por una sola persona. Este esquema político no cambió hasta el fin del Antiguo Régimen con la Revolución francesa en Europa y la constitución de Estados Unidos.
Concepciones históricas de la política
Definiciones clásicas apuntan a definir política como el "ejercicio del poder" en relación a un conflicto de intereses. Son famosas las definiciones fatalistas de Carl Schmitt de la política como juego o dialéctica amigo-enemigo, que tiene en la guerra su máxima expresión, o de Maurice Duverger, como lucha o combate de individuos y grupos para conquistar el poder que los vencedores usarían en su provecho. También está Max Weber, que define la política estrictamente en función del poder.Una perspectiva opuesta contempla la política en un sentido ético, como una disposición a obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado para lograr objetivos provechosos para el grupo. Así las definiciones posteriores del término han diferenciado poder como forma de acuerdo y decisión colectiva, de fuerza como uso de medidas coercitivas o la amenaza de su uso.
Una definición intermedia, que abarque a las otras dos, debe incorporar ambos momentos: medio y fin, violencia e interés general o bien común. Podría ser entendida como la actividad de quienes procuran obtener el poder, retenerlo o ejercitarlo con vistas a un fin que se vincula al bien o con el interés de la generalidad o pueblo.[1]
El Objetivo del 'quehacer' político
Posteriormente al contractualismo, que logra plantear al poder político como parte de un contrato entre sociedad civil y el Estado, la política se puede apreciar como una actividad que se inclina por sí misma hacia el bien de las sociedades humanas en general, es decir, gracias al contractualismo podemos decir que:Si una sociedad humana está constituida por un conjunto de individuos que poseen de hecho metas e intereses propios y particulares, mismos que serán insertados en la sociedad mediante acciones políticas concretas: entonces el objetivo del quehacer político, sería ascender de manera conciente en la sociedad para conseguir el cumplimiento de nuestras metas e intereses, personales y particulares, a través del convencimiento de que estos aportarán y contribuirán al mejoramiento de la sociedad (humana) en general".
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